lunes, 11 de agosto de 2008

Gran Paradiso 4061m y Breithorn 4167m


Esta ha sido la séptima semana que paso este año en los Alpes, y la única que estaré en agosto en Chamonix, que se convierte en un lugar obligado para alpinistas y sobretodo, para guías de todo el mundo. Las aglomeraciones quitan encanto al entorno, pero como es un lugar tan extraordinario, se lo puede permitir, pues siempre le queda algo.
El lunes cuatro, salimos de Chamonix en dirección Valsaveranche (Valle de Aosta) para iniciar la aproximación al refugio Vittorio Emmanuelle, punto de partida de la ascensión al Gran Paradiso, la primera de las montañas que hacemos para aclimatar para el destino final, el Montblanc. En poco menos de dos horas nos plantamos de Pont, en el fondo del valle, a los 2731m dónde se encuentra el refugio. Allí nos relajamos y a base de capuccinos y birras pasamos la tarde en la terraza, a la que poco a poco van llegando guías y más guías con sus clientes, al final, los españoles son mayoría y nos encontramos varias generaciones, en un buen clima.

A las 5 de la mañana salimos, todavía de noche, por la pedrera que nos acerca al glaciar, este año bastante bien por cierto. El viento empieza a arreciar, y una nube se mantiene persistente en la cumbre, que me hace mirar allí en varias ocasiones, valorando las posibilidades, por suerte, José padre y José hijo de Alicante, andan bien y subimos a buen ritmo, disminuyendo el tiempo de exposición a los elementos. Pasada la rimaya sin problemas, y encarada la arista final, empezamos a ir lentos, mucha gente taponando el paso clave, no muy difícil, de 2º, pero en roca con crampones que siempre cuesta más al menos experimentado. Por suerte el viento ha parado y la espera no se hace tan desagradable, aunque ver, no se ve nada. Una vez hecha la cumbre, bajamos a buen ritmo, el viento afloja y el sol va aparenciendo. Al fondo el Montblanc, ha estado todo el día tapado por nubes, y la previsión para los próximos días no parece mejor, ya veremos, ahora de momento a recuperar fuerzas al campamento base de Chamonix.

Efectivamente la meteo no es buena para los siguientes días, así que cambiamos de destino y nos vamos a Zermat (Suiza). El día 7 salimos de la estación de Trokener Steg, y en una hora y media, aterrrizamos en el refugio valdostano de Teodulo, el mal tiempo llega y toca calentarse, a base otra vez de capuccinos, sin birras, cambiadas por chocolate caliente y "pingüinos", especialidad de la casa a base de chocolate nata y licor de huevo. Al día siguiente, nos levantamos a las 5 de la mañana con la intención de subir al Breithorn, pero el viento es muy fuerte, y no salimos hasta las 7, cuando empieza a aflojar. Subimos tranquilamente, por las pistas de esquí, que le quitan un poco de atractivo, pero que dadas las condiciones, es la mejor elección. En tres horas llegamos a la cumbre con viento moderado y frío, la foto de rigor, y para abajo a la estación superior del Klein Matterhorn, un chollo de bajada que hace que a las 12 estemos en el pintoresco y superpoblado Zermatt. Aquí acaba la semana de cuatromiles alpinos, sorteando las caprichosidades de la meteo, como casi siempre, y habienéndo conocido a nuevas e interesantes personas.



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